TRANSPORT & CARGO

La política naval debe arraigarse en el pueblo

Hay que capitalizar el flete para la bandera nacional con buques construidos en la Argentina.

Al conmemorarse un nuevo aniversario de la publicación Intereses Marítimos en el Mar por el Almirante Don Segundo Storni es oportuno señalar algunas reflexiones, sobre la importancia de este documento que cobra vital importancia en el contexto del escenario actual.

La política naval es ante todo una acción de gobierno pero es indispensable para que tenga nervio y continuidad que sus objetivos arraiguen en la nación entera, que sean una idea clara, un convencimiento de las clases dirigentes y una aspiración constante de todo el pueblo Argentino.

Este año celebramos el primer centenario independiente y al mismo tiempo que la vida nacional robusta y sana alimenta una hermosa esperanza, debemos imponernos como firme propósito que esa independencia se haga efectiva hasta donde lo permita la vida de relación de las naciones. Dentro del equilibrio de sus recursos y sus fuerzas me propongo mostrar que no lo habremos conseguido mientras no ocupemos en el mar el lugar que nos corresponde. Las producciones deben ser examinadas para los fines que proponga la capacidad de alimentar un considerable tráfico marítimo y la existencia de la materia prima que exige la construcción naval.

Nuestro comercio será casi totalmente marítimo y deberá tomar el Atlántico y el Pacifico, y el intercambio con los países limítrofes por vías terrestres será una alícuota muy pequeña. Un 90% del intercambio es ultramarino y necesita la navegación de alto bordo, todo indica que esta proporción ha de mantenerse mientras la navegación argentina exista. Además mucho del comercio interno será de cabotaje marítimo o fluvial por la hidrovía Paraná Paraguay.

Los beneficios de ese intercambio no están solamente en la compra y venta, hay un colosal material flotante que debe efectuarlo y que presupone que las industrias mecánicas y de construcción sean las que construyan las unidades. Es necesario llevar a todo el interior de la república este convencimiento que cuando se construye un puerto, se profundiza un canal, se adquiere un barco o se instruye un piloto se sirven tanto los intereses litorales como los del que planta cañas en las zonas subtropicales, o esquila ovejas al pie de la cordillera.

A los que claman por un camino, un ferrocarril o un puente allá tierra adentro es necesario mostrarles que ese camino, esto no es otra cosa que una corta etapa de la inmensa red de vías que viene uniéndose sucesivamente hasta converger a la gran vía común que es nuestro litoral fluvial y marítimo.

Dimensionarse

El documento extraído de la publicación Intereses Marítimos en el Mar de Don Segundo Storni, debe dimensionarse con el contexto presente. La Argentina tanto en su litoral fluvial y marítimo sigue sin la aplicación de políticas que tiendan a consolidar un proceso de integración de los puertos, marina mercante e industria naval.

Es indispensable que las autoridades actuales resuelvan esta situación vital para consolidar un proyecto donde se puede capitalizar el flete que pierde nuestro país tomando como tema central la bandera nacional en los buques de la marina mercante y la construcción de unidades en los astilleros nacionales. Al comparar los dos escenarios el descripto por Don Segundo Storni y la actualidad, se observa que hoy existe un déficit en términos logísticos y de transporte, sin lugar a duda la etapa actual requiere esencialmente la definición de políticas en el sector con la mirada histórica y presente de consolidar una industria naval, una marina mercante al servicio de la optimización de los costos de la producción nacional.

No es posible que sigan utilizándose mecanismos como la importación de buques usados en la hidrovía Paraná Paraguay y en el litoral marítimo el ingreso de buques pesqueros usados. Es vital que la Argentina tenga una clara política de defensa como de pesca para custodiar la resolución de la ONU de ampliación de las 200 millas.

La industria naval argentina que supo consolidar un proceso de matriz productiva en los astilleros y talleres navales recuperando mano de obra altamente calificada, técnicos e ingenieros navales se encuentran en capacidad de dar respuesta a la construcción de unidades en forma competitiva. De no tomarse decisiones urgentes, este sector va a entrar sin duda en un estado de falta de trabajo y los trabajadores sabemos que eso significa desempleo. Esto sería un crimen y una injusticia, teniendo en cuenta lo que ha costado a empresarios, trabajadores y técnicos profesionales recuperar la industria naval, y más aun teniendo el escenario para poder trabajar a pleno triplicando el empleo. Solo hace falta la materialización de la decisión política en nuestro sector.

 

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