Más allá de los "millennials": empresas que crecen con personal mayor de 45 años

Mi mujer y yo somos propietarios de dos empresas pymes dedicadas al negocio de la comunicación publicitaria. Ambos somos mayores de 50 y 60 años respectivamente y con muchísima experiencia.Teóricamente ya no estaríamos en condiciones de trabajar en este mundo dominado por la tecnología. Los millennials avanzan en las organizaciones y reclaman una vida plena de libertades, sin compromisos y sin jefes. Solamente aceptan a algunos líderes que les sean útiles a sus fines.

También aparece un nuevo estilo de management en RRHH que hace de la juventud una cualidad casi imprescindible. Por ello los profesionales mayores parecen tener cierta invalidez intelectual y ya no están para integrarse a una empresa o un puesto clave.

Preocupados emprendimos una fuerte tarea de aprendizaje para entender a estas nuevas generaciones: los Y, los millennials, los nativos digitales, los intranquilos por el medio ambiente, las redes sociales y las amistades. No les interesa comprometerse con un solo trabajo, prefieren hacer varias cosas y en forma free lance, y la palabra servicio les suena servil. La trayectoria dentro de una empresa es para ellos sinónimo de aburrimiento. Este diagnóstico es el que hacen la mayoría de los expertos en RRHH.

Esta realidad nos resultó alarmante, sobre todo para nosotros que hacemos un culto de la atención al cliente.
En los últimos seis o siete años tratamos de amoldarnos al trabajo con empleados jóvenes. Dialogamos mucho explicándoles nuestra metodología y sistemas de valores. Pronto advertimos que no coincidíamos y no encontrábamos la solución para completar la dotación de gente.

Mientras algunos se retiraban de las empresas no encontrábamos el personal adecuado a nuestros planes. Al mismo tiempo, y en forma recurrente, aparecía en LinkedIn y Facebook la queja de los que pasaban los 45 años y no volvían a insertarse en el mercado laboral formal. Mi mujer, gran intuitiva, me dijo "¿Y si contratamos a algunos de estos mayorcitos? La edad no puede ser un problema".

A partir de esa charla definimos que comenzaríamos a completar nuestros equipos con personal de cuarentaipicos, aunque lo sentíamos como un riesgo.

El puntapié inicial lo dimos sumando un ejecutivo, de los llamados 4X4 porque hacen de todo, tenía 45. Le faltaba un poco de actualización pero en pocas semanas estuvo en ritmo.

Poco después, en el área financiera, tomamos una Directora -también de 40- con gran trayectoria en multinacionales. En 6 meses nuestro drama de orden económico/tributario/financiero desapareció. Por segunda vez todo salía bien.
Planeamiento Estratégico e Inteligencia de Mercado, en nuestro negocio, es clave. El puesto lo ocupaba una joven comunicadora, con sus prioridades: las redes sociales y sus amigos, bastante antes que nuestro trabajo. Justo nos contactó entonces un profesional que ya conocíamos de trabajos anteriores: ¡¡57 años!! Comenzó part time, avanzó, se comprometió, dio resultados y hoy es el titular del Área.

Luego, en el primer trimestre de este año, se incorporaron dos nuevos integrantes. Una mujer de 54 años, especialista en Medios, para coordinar a jóvenes de 24 o 25 años. Logró movilizarlos, capacitarlos y estimularlos. El segundo, un técnico en Producción Audiovisual, de 45, con gran trayectoria en el mercado, que luego de desvincularse de una Agencia de Publicidad no había podido reinsertarse en el campo profesional.

Estos mayorcitos logran resolver todo con facilidad y eficacia en poco tiempo. Un detalle asombroso, estos senior le agregan alegría al trabajo diario y mejoran el clima del grupo.

Hoy nuestra satisfacción es muy grande, la decisión difícil salió muy bien. En síntesis: aumentó la capacidad operativa, disminuyeron los problemas de interrelación, creció el grado de satisfacción de los clientes, hay una nueva autonomía en el grupo de trabajo, logramos confiabilidad y se trabaja solidariamente, con compromiso y buen clima.

Mi mujer y yo vemos mejor al equipo, estamos más tranquilos y somos más felices. No creemos tener el secreto de la vida eterna, pero comprobamos que profesionalmente hay mucha vida útil después de los 45/50 años. Ah, me olvidaba, nuestra asistente, incorporada recientemente, tiene 49.

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