La “confusión de Cristina y la grieta de Carrió

Hay malestar en el Gobierno nacional con un alto funcionario de la administración pública nacional, que habría sido el autor de la confusión en la que incurrió la Presidenta cuando denunció a la empresa norteamericana Donnelley en el marco de la Ley Antiterrorista.


Durante el fin de semana el Gobierno se encargó de explicar que la confusión se había dado en que en el marco de las leyes solicitadas en su momento por el Gafi a nuestro país, se habían sancionado varias normas, entre ellas una de delitos económicos y quiebras fraudulentas, que en realidad era a la que quiso referirse la Presidenta.


Ayer, el titular de la Comisión Nacional de Valores habló de confusión y explicó justamente que la figura a aplicar es la de quiebra fraudulenta.


Y hasta el mismísimo Ministro de Justicia, Julio Alak tuvo que salir a a aclarar el equívoco, sosteniendo que el Gobierno no aplica la Ley Antiterrorista, sino que hace las denuncias a la justicia y es el juez quien debe definir.


Sin embargo, ante la Justicia, la denuncia no estuvo enmarcada en esa ley, sino en la línea explicada ayer por el titular de la Comisión Nacional de Valores, Alejandro Vanoli.


Justamente ayer el juez Daniel Rafecas notificó al fiscal para que comience la investigación.
El funcionario que habría embalado a la Presidenta en la dirección equivocada está en la mira, y habrá que esperar las próximas semanas para saber su destino.


En realidad, la Argentina es miembro pleno del Gafi desde el año 2000, y desde entonces el organismo ha venido pidiendo a los países que lo integran una serie de normas para luchar contra el terrorismo Internacional. La Argentina venía floja de papeles sobre este asunto y sobre todo, después de los atentados a la Embajada y a la AMIA este organismo comenzó a poner la lupa sobre la Argentina y a exigir un conjunto de normas, que terminaron con la sanción de la ley. Nos obliga a salir a defender una norma que es una exigencia internacional, en un momento de coyuntura económica difícil explicaba ayer un funcionario del nacional, y sobre todo cuando el Gobierno tiene interés en debatir las reformas a la Ley de Abastecimiento y el nuevo foro judicial para los consumidores.


Ayer también el Gobierno definió que escuchará a todos los que quieran expresarse sobre estas leyes, y vamos a debatir punto por punto, ley por ley porque aquí nadie quiere llevarse a nadie puesto decían desde la Rosada.

El laberinto de UNEN

Hace algunas semanas, Pino Solanas le había comentado a un senador radical, en referencia a Lilita Carrió: Es preferible sacarla ahora de la Alianza antes que haga más daño. Su discurso de la semana pasada ante todos los integrantes de este espacio, no fue algo que surgió en el momento. Solanas y su fuerza, como Margarita Stolbizer y el GEN, puertas adentro se están cuestionando que los coqueteos del radicalismo y de Carrió con Macri no sólo está desperfilando al espacio político, que ellos añoran sea de centroizquierda, sino también los está afectando políticamente a ellos.


¿Hasta cuándo Binner se va a hacer el distraído y no va a tomar el toro por las astas? se preguntan en el GEN, mientras que desde el partido de Pino le contestan: Binner dice que no lo quiere a Macri y después habla de la mano invisible del mercado, una expresión de la derecha que ni siquiera a Macri se la escuchamos, indicando las contradicciones del candidato presidencial.


Cobos es otro que se siente incómodo con algunos referentes de su partido, que en lugar de consolidar el espacio, le hacen el juego a Macri. Su propuesta de convocar a la Convención Nacional del partido, ni siquiera será tratada. Le mandaron a decir que ya en el año 2006 la Convención definió las políticas de alianzas y que no vale convocar para un tema ya definido. Ese fue el año. además, que Cobos marchaba con el kirchnerismo hacia la Concertación plural.
Mientras la polémica crece, los denominados gerentes del radicalismo, entre los que se incluye al histórico Enrique Coti Nosiglia, son los que más trabajan y defienden el acuerdo electoral con el PRO, convencidos de que el radicalismo tiene que volver al poder y que un paso importante es ganar varias provincias donde nuestros candidatos están bien posicionados, pero necesitan de una figura atrayente que le traccionen votos.


Por eso muchos creen en el radicalismo, y también en el PRO, que la alianza entre estos partidos vendrá desde las provincias hacia lo nacional.


Está bien que hagamos acuerdos provinciales, porque nos potencia a ambos, pero Mauricio quiere ser Presidente y vamos a necesitar de una alianza fuerte, y si ellos nos llevan en las provincias, nosotros pediremos el acompañamiento a nivel nacional indica una figura del PRO. Habrá que definir si participamos todos de la misma interna, con fórmulas propias o combinadas, ese puede ser el camino dicen desde el PRO, que hoy por hoy se sienten árbitros en la disputa de Unen. Pero no sólo del PRO viven algunos caciques regionales del radicalismo. En algunas provincias también han comenzado los contactos con referentes del massismo, para conformar alianzas. Corremos el riesgo de un radicalismo en estado de dispersión, si las autoridades nacionales no toman una determinación política ya sostiene un histórico alfonsinista. A Cobos tampoco le gusta el discurso antiperonista de Carrió: Hay que aprender del pragmatismo de los peronistas suele aconsejar Cobos, quien cree en una convocatoria a todos los sectores para encarar la etapa que viene.


Carrió en cambio está dispuesta a llevar su idea al extremo. Y ayer se tomó una foto haciendo una tortilla porque para hacer una gran alianza hay que romper algunos huevos. ¿Solamente romperá huevos o se terminará rompiendo el espacio FAP- Unen?

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