Boudou, el más amado y la grieta empresaria de Cristina

Mientras comenzaban a caminarse los primeros pasos de la marcha convocada por jueces y fiscales, el miércoles, a un mes de la muerte (anú no esclarecida) de Alberto Nisman; se hicieron públicos algunos comunicados de cámaras empresarias por pedido express de la Casa Rosada. Obedientes, esos papers transitaron el mismo sendero que la propia presidenta Cristina Kirchner que había andado un puñado de horas antes, celebrando la tercera inauguración de Atucha II (rebautizada represa Néstor Kirchner).


Este minué de comunicados y relatos hechos a pedido gubernamental sólo muestra en público el entramado de presiones que subyace en un sector del Gobierno decidido a fortalecer la búsqueda de culpables por una economía que no termina de arrancar en el sector privado. Por eso el procesamiento del vicepresidente Amado Boudou (y de sus amigos marplatenses) anoche trajo un poco de alivio en el empresariado porque comenzaría a quebrar esta lógica que no hubiera podido prosperar sin algunos empresarios cómplices y socios del poder.


A sólo 24 horas de la marcha del silencio, este revés judicial rompería la impunidad que otros funcionarios ostentan, hasta ahora, en sus manejos con algunos sectores privados y/ o referentes empresarios. Manejos en cuanto abuso de poder tanto para premiar como para castigar económicamente cercanías y distanciamientos con la Casa Rosada. Boudou, el único vicepresidente en ejercicio procesado por la Justicia por intentar quedarse con la fábrica de billetes y boletas electorales, llegó a esa poltrona porque lo eligió la Presidente a dedo y sola como compañero de fórmula. Aquella elección ahora la salpica muy fuerte, casi tanto como las consecuencias que tendría el nuevo rumbo del caso Hotesur.


Hasta ahora, en situaciones de fuerte conflicto, la Presidente siempre fue por más y redobló la apuesta. Fue lo que hizo hasta ayer impulsando un duelo de comunicados públicos.


La CGE, que preside Ider Peretti, festejó: "La soberanía energética potenciará la competitividad der la industria nacional". La Cámara de la Construcción (CAC), que conduce Juan Chediack, también acudió al llamado express de la Casa Rosada con su propio documento. Fue la única entidad del Grupo de los Seis en manifestarse en ese sentido, a contramano de lo que hizo hace un mes atrás cuando fue la única en negarse a firmar un comunicado del G6 (industria, campo, campo, Bolsa y bancos) que pedía el esclarecimiento de la muerte de Nisman.


En su provocadora cadena oficial la Presidenta anticipó la jugada que prepara. Disparó contra empresarios y dirigentes que no considera amigos. Entre otras de sus frases más destacadas, Cristina Kirchner, resalto: "Ni a Néstor (Kirchner) ni a mí nos ha gritado ningún empresario en una mesa". Retomó así una discusión con el secretario de la Unión Industrial y legislador por el Frente Renovador, José Ignacio de Mendiguren, por sus críticas al acuerdo firmado con China. La Presidente también felicitó, en público, al metalúrgico Juan Carlos Lascurain, quien le había dicho que De Mendiguren golpeaba la mesa cuando discutía con el Gobierno de la Alianza. "No tengo ni tuve contratos con el Gobierno en mi empresa por eso puedo decir lo que pienso", remarcó De Mendiguren en declaraciones a Radio Mitre y aclaró que en aquel momento discutía con el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, y también con Lascurain, cuando fue titular de la UIA, y defendió las mediciones de inflación del INDEC.


A lo mejor por esas curiosidades de la semántica, hasta la propia Adimra (la cámara que agrupa a los metalúrgicos y que supo conducir Lascurain y quien tendría una hija trabajando como gerente del Grupo Techint al que atacó en las ultimas horas) envió el 5 de febrero, una carta a sus asociados advirtiendo los temores por el acuerdo con China y pidiendo reuniones de urgencia al Ejecutivo y al Congreso, con la firma de su actual timonel Gerardo Venutolo. "A mediados de diciembre del año pasado, cuando dicho Convenio fue presentado por el PEN al Senado de la Nación, recién entonces tomó estado público el contenido del Convenio de Cooperación con la República Popular de China, que había sido suscripto a mediados de julio", dice esa misiva, a la que accedió El Cronista.


"Consecuentemente, habida cuenta de las implicancias que el mismo, especialmente en sus Art 5 y 6 tiene sobre la industria metalúrgica nacional y los recursos humanos que esta emplea, de inmediato ADIMRA procedió a solicitar que ADIMRA sea convocada a dialogar para expresar sus puntos de vista y preocupaciones", señaló el mensaje interno. Es decir, lo mismo que señaló la UIA y el Gobierno desautorizó.
Tal vez en los próximos días haya otras guerras de comunicados entre empresarios y funcionarios. Y, tal vez, el silencio (no el cobarde asentimiento cómplice) sea (después de mucho tiempo) más fuerte que un grito o, incluso, un golpe sobre la mesa.

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