Scioli juega a la griega

Daniel Scioli está enfocado casi full time a su campaña presidencial. Le dedica el tiempo mínimo e indispensable a la gestión del gobierno provincial y a empaparse de los asuntos domésticos e internacionales. Pero su creciente habilidad declarativa le permitió presentar una de sus últimas jugadas políticas con un simpático ropaje de actualidad informativa.


"Acá tenemos a una griega de las buenas", dijo el gobernador en referencia a Silvina Batakis, su ministra de Economía en la provincia que lo acompañó el martes pasado en su visita al Mercado de Valores. "No sólo es una buena ministra, sino que desendeudó a la provincia y la puso en la senda del crecimiento", agregó.


No fue una señal aislada ni una mención improvisada. Un día antes de ese elogio frente a operadores de la city, Scioli les dijo a periodistas que los candidatos a ocupar la cartera de Economía "son los que están a la vista", empezando por la ministra de Economía, Silvina Batakis.


Mientras Mario Blejer y Rafael Perelmiter siguen cultivando un muy bajo perfil, y mientras Miguel Bein disfruta de un descanso y desde su estudio se difunde un informe que trata exclusivamente sobre la crisis en Grecia, la griega Batakis acompaña al candidato a actos, a giras por diversas provincias, y concede múltiples entrevistas a expreso pedido del gobernador. Sería ingenuo creer que esos indicios despejan la incógnita sobre quién ocuparía el sillón del quinto piso de Hipólito Yrigoyen 250 si Scioli gana la elección presidencial. Pero sería necio pasar por alto las definiciones de la persona a quien su jefe le ha pedido "mostrate y salí a hablar más".


Fanática hincha de Boca Juniors -su dirección de correo personal privado es alusiva a esa pasión y está abonada junto con su hijo a la platea de la Bombonera-, Batakis despliega un discurso que plantea acuerdos pero también diferencias con la política macroeconómica del kirchnerismo.


Entre los acuerdos, manifestó su apoyo al "manejo inteligente de las reservas" por parte del equipo de Axel Kicillof y a su negativa a cumplir con el fallo del juez Thomas Griesa y pagarle a los hold outs.


Pero mientras la actual conducción económica deja el conflicto con los buitres en un limbo por la intransigencia de los acreedores y el dislate del juez, la griega considera que "es necesario solucionar el problema porque necesitamos mucho financiamiento en la Argentina".


Batakis también se anima a hablar de inflación. Sostiene que se debe resolver con una mirada de mediano y largo plazo, atendiendo a "los desequilibrios de la estructura productiva", y con mucha más inversión que hasta ahora. Al respecto, su definición más discordante con el kirchnerismo es a favor del equilibrio fiscal. "No porque estemos enamorados de la palabra equilibrio, sino porque sólo así puede haber sustentabilidad en las políticas públicas", argumenta.


De hecho, tanto ella como Scioli insisten en destacar el equilibrio fiscal como uno de los principales logros de la gestión provincial. No lo admiten, pero es sabido que la autonomía presupuestaria fue un factor clave para ensanchar el margen de maniobra política y limitar la dependencia de la Casa Rosada. Batakis hace alarde de que niveló las cuentas fiscales con una política tributaria progresiva y pro-productiva. Lo fundamenta en el revalúo inmobiliario al que se resistieron las cámaras patronales agropecuarias, en la mayor imposición de Ingresos Brutos al negocio del cable y al juego, en la diferenciación de alícuotas de ese gravamen a favor de los primeros eslabones de las cadenas productivas, y en la reintroducción del impuesto a la herencia.


Sin embargo, la evolución de la estructura tributaria bonaerense no revela que la gestión de Scioli le haya impreso una mayor progresividad. Ingresos Brutos, un impuesto indirecto y regresivo, aumentó su participación en el total de la recaudación provincial del 65,7% en 2007 al 75,7 el año pasado. Por su parte, entre esos mismos años un impuesto patrimonial y potencialmente progresivo como el Inmobiliario redujo su incidencia del 9,5 al 6%, con caídas tanto en el Inmobiliario rural como en el edificado.


Batakis no pierde oportunidad, ni siquiera cuando acompaña a Scioli en gira por otras provincias, de señalar que alcanzó el equilibrio fiscal a pesar de que Buenos Aires se ve muy perjudicada por el actual régimen de coparticipación de impuestos. Explica que la provincia alberga al 40% de la población total, aporta más de un tercio del Producto Bruto del país, pero la porción que recibe del reparto de impuesto nacionales viene cayendo y este año será inferior al 19% de la masa coparticipable.


Despotrica, lo mismo que Scioli, contra el tope de $ 650 millones por año que se estableció a mediados de los 90 al Fondo de Reparación del Conurbano Bonaerense, que le asignaba a la Provincia el 10% de la coparticipación del impuesto a las Ganancias. Sin ese congelamiento Buenos Aires estaría recibiendo $ 33.000 millones más por año, equivalente a dos meses y medio de su nómina salarial y a casi el doble de lo que invierte anualmente. Y si directamente se eliminara ese Fondo y coparticipación de Ganancias se distribuyera de acuerdo a la norma general, Buenos Aires recibiría 3000 millones más por año.


Eso reclaman Scioli y Batakis como gobernador y ministra provincial. ¿Mantendrán el reclamo, a costa del resto de las provincias, si el primero llega a Presidente y la griega a algún lugar en su gabinete?

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