EL TITULAR DE LA C MARA DE DIPUTADOS DIO CRÉDITO A LOS RUMORES

Capitanich ironiza sobre su renuncia pero en Chaco ya preparan su pronto regreso

El jefe de Gabinete no desmintió su salida y su hermano sostuvo que en la provincia "se está preparando su regreso". Incluso Domínguez admitió una "posible" dimisión

"Esta es la conferencia número 210. Entre 50 y 100 veces me preguntaron si renunciaba. Siempre me preguntan sobre lo mismo", se quejó ayer Jorge Capitanich en su tradicional encuentro matutino con la prensa en la Casa Rosada. A diferencia de todas las anteriores ocasiones que también trascendió su regreso al Chaco, el jefe de Gabinete evitó ayer una desmentida tajante. "¿Dónde estoy ahora? Cumpliendo esta función", se jactó el gobernador de licencia. Locuaz experto, puntilloso del vocabulario, "Coqui", como lo llaman en sus pagos, apeló al uso del tiempo presente.
En paralelo, horas después del tibio autorespaldo, su hermano Daniel, intendente de Campo Largo y posible candidato a la gobernación chaqueña en 2015 (plan alternativo por imposibilidad constitucional de re-relección para continuar el linaje familiar en la boleta) le dio veracidad a los rumores. Admitió que en la provincia, hoy en manos del vice Juan Carlos Bacillef que inició un divorcio político comparable a La guerra de los Roses, "se está preparando su regreso, aunque es la presidenta Cristina Fernández quien debe dar la fecha definitiva".
Lo cierto es que, a diferencia de la decena de veces anteriores que se hablaba de "una inminente renuncia" de Capitanich, esta vez es el propio jefe de ministros el que admite su partida a puertas cerradas. Luego de verlo, el jueves pasado, el diputado chaqueño Raúl Acosta reveló que el mandatario (de licencia) "volverá pronto" a su tierra. El adelantamiento electoral de Bacileff, fijando las primarias en marzo, aceleró los tiempos de un Capitanich que pretende ordenar el peronismo local detrás de su postulación a intendente de Resistencia.
Más allá de los deseos de un desgastado Capitanich (que cuando asumió era presidenciable), siempre Cristina Kirchner cronometró los recambios ministeriales. Bajo una ley: cuando se pide una renuncia en público, no se la acepta.
En medio de la pelea con los fondos buitre y la sobreexposición que dejaría como antecedente el chaqueño, el cargo es un fierro caliente. Un reemplazante ya sería raro y hay una docena en la ruleta de versiones. Uno de ellos (que suena fuerte, si bien la otra ley K es "el que suena no es"), el titular de Diputados, Julián Domínguez, tiró una palada de tierra a su supuesto antecesor, al afirmar que "es probable" la dimisión de Capitanich, si bien aclaró que no recibió ninguna oferta. El bonaerense también se ensució, al no respetar el manual K de la desmentida rotunda (sólo Cristina puede pedir renuncias). Días atrás, otro probable, el gobernador Sergio Urribarri, también negando un ofrecimiento, había sido más orgáni co, al defender, aséptico, que "Capitanich está cumpliendo su rol".

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