Queremos regular el mercado financiero de commodities

El ministro francés aclaró que la intención no es poner un tope a la suba de los alimentos, sino evitar la volatilidad de los mercados agropecuarios

Durante su paso por la Argentina para participar de la reunión del Grupo de los 20 (G-20) vinculado a los temas agrícolas, el ministro de Agricultura de Francia, Bruno Le Maire, concedió una entrevista exclusiva a El Cronista, en la cual repasó la postura de esta nación (potencia mundial en materia agropecuaria) y la relación con la Argentina. Aseguró que Francia no impulsa un tope al precio de los alimentos, pero confirmó que intentarán avanzar en el G-20 con una profunda regulación de los mercados financieros de commodities, que otorgue más transparencia a las operaciones y mayor coordinación entre países.
Tras la polémica que desató semanas atrás una supuesta idea del gobierno francés para limitar la suba de los alimentos, Le Maire se encargó de aclarar: No queremos regular el precio. Queremos regular el mercado financiero de commodities, para que podamos controlar mejor las posiciones adoptadas por todas las partes. Queremos mayor transparencia sobre los stocks y mejor coordinación entre los estados del G-20, sentenció.
El funcionario galo evitó referirse a las dificultades en las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea, aunque destacó las coincidencias alcanzadas con el gobierno argentino durante las sesiones del G-20 que se desarrollaron en Buenos Aires el jueves y viernes pasado.
¿Qué resultados dejó el encuentro que mantuvieron los representantes del G-20 vinculados a los mercados agrícolas?
El resultado ha sido muy positivo y encontré aquí a un gobierno argentino decidido a apoyar la posición francesa dentro del G-20. Había dos dificultades que quería tratar con el gobierno argentino para dejar de lado toda ambigüedad. El primer tema es el precio de los commodities agrícolas. Francia de ninguna manera quiere controlar los precios y mucho menos luchar contra su alza. Los precios agrícolas altos son sinónimos de buenos rendimientos para los agricultores. Pero lo que sí es un problema es la volatilidad de los precios agrícolas.
¿Y la segunda dificultad?
La segunda dificultad para la cual quería encontrar una solución es la que concierne a las exportaciones. Nuestro objetivo es que en caso de crisis agrícola, podamos defender a los países más débiles. Pero en ningún caso avanzar por sobre la soberanía de los estados. Ahora que estas dificultades han sido superadas, creo que tenemos en la Argentina un compañero poderoso para poder establecer nuevas propuestas.
¿Qué medidas se estudian para evitar la excesiva volatilidad de los commodities?
Dos tipos de medidas. La primera, una mayor transparencia sobre el stock agrícola mundial. Si tenemos un mercado más transparente y mejor informado, vamos a tener menos especulación. La segunda, una mejor regulación del mercado financiero agrícola mundial. Definir los intereses y posiciones en los mercados financieros o tener un registro de los operadores, para que en el mercado agrícola intervengan sólo actores que tengan que ver con ese mercado.
Esta propuesta podría encontrar resistencias de quienes propugnan la libertad del mercado...
Creo en el mercado, pero no en el laissez faire. Porque cuando se actúa así se abre la puerta a la especulación. Son actores que vienen al mercado agrícola sólo para obtener algún beneficio y no para financiar actividad agrícola o investigación e innovación. La agricultura se han convertido en uno de los grandes desafíos del mundo, y representa una riqueza considerable. Son millones de empleos los que están en juego. Pero todavía no hemos sido capaces de fijar reglas para el mercado agrícola. Todos los demás mercados están mejor organizados. Tenemos que recuperar ese atraso y tenemos que hacerlo en el marco del mercado.
En este marco ¿qué puede ocurrir con las negociaciones entre la Unión y el Mercosur, que están estancadas?
Es sabio separar la cuestión G-20 de las cuestiones comerciales entre la Unión Europea y el Mercosur. Allí tenemos una diferencia entre las partes y todos conocemos cuál es el conflicto. Por eso, la verdad para qué meter el dedo en la llaga. Dejemos que las negociaciones sigan su curso. Conocemos las líneas rojas que no deben ser pasadas. Pero que esto no nos impida luchar contra la volatilidad de los commodities en el marco del G-20.
Entonces ¿la idea de Francia es regular el precio de los commodities, pero no poner un tope sobre su precio?
No queremos regular el precio. Queremos regular el mercado financiero de commodities, para que podamos controlar mejor las posiciones adoptadas por todas las partes. Queremos mayor transparencia sobre los stocks y mejor coordinación entre los estados del G-20 cuando hay una crisis. Pero en ninguna situación queremos controlar o regular los precios. El justo precio al que se llegue va a ser el resultado de la regulación del mercado, que va a disminuir la volatilidad de los precios.
Si continúa el aumento en el precio de los alimentos, ¿cómo podría impactar esto en los niveles de pobreza del mundo?
Si hay menos volatilidad en los precios podremos luchar de una manera más eficaz contra el hambre en el mundo. Cuando el precio del trigo se multiplica por dos en algunos meses, el programa alimentario mundial entonces puede comprar dos veces menos trigo para cubrir las necesidades de hambre del mundo. Y entonces el mundo está peor alimentado. Si los precios son más estables, aún cuando aumenten, el programa alimentario mundial va a poder hacer más evaluaciones y estimaciones, que permitan anticipa escenarios y alimentar mejor al mundo. En definitiva, el desafío es llegar a producir más productos alimenticios, aún cuando hay menos tierra cultivable.

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