Massa buscó reforzar una posición clara contra el kirchnerismo
¿Quién es el candidato “servil” que “como un lorito repite lo que le dicen en la Casa Rosada”?. Puede ser uno, o pueden ser muchos. Sergio Massa se plantó esta noche en la cancha de Vélez con una consigna clave: diferenciarse claramente del kirchnerismo, de Cristina Kirchner y de Daniel Scioli, del Gobierno –en definitiva- del que formó parte una vez.
“Junto a muchos dirigentes una vez decidimos ponerle un freno a los que se creyeron dueños de la voluntad general”, explicó. Y luego prometió golpear directo en varios frentes sensibles vinculados al oficialismo: la corrupción, los puestos de La Cámpora, los jueces de Justicia Legítima, el juego, la inseguridad, la pobreza y el impuesto a las Ganancias.
“Yo no les tengo miedo”, advirtió más de una vez, y se autodefinió para el futuro como “un presidente firme”.
Massa apuntó así despejar cualquier duda en el electorado sobre su traje de candidato opositor al Gobierno. Y oxigenar su carrera presidencial.
Dedicó también un párrafo para apartarse de cualquier discurso con olor a “ajuste” económico y “la vuelta al pasado, a las alianzas electorales que fracasaron”, siempre sin dar nombres propios. La mención pareció dirigida a Mauricio Macri.
El cierre, sin embargo, estuvo dirigido a hacer una convocatoria de unidad “sin banderías políticas”, tema que seguramente dará que hablar el fin de semana.
Con el acto en Vélez, Massa buscó reposicionarse en la carrera frente a sus rivales que se mostraron en ascenso. Tendrá la chance ahora de rearmar su andamiaje electoral.