no habrá desacople, pero cada país tendrá su rumbo

Hay razones para ser pesimistas con la economía de los emergentes

Asia tiene que reinventarse. Su modelo de crecimiento basado en las exportaciones probablemente en el futuro no funcione tan bien como en la década pasada. México tiene mejores perspectivas que Brasil y Chile

No sorprende que los temores por el crecimiento global impacten más sobre los mercados emergentes que sobre las economías desarrolladas. A fines de la semana pasada, los precios de las acciones en los mercados desarrollados habían recuperado la mayoría de sus pérdidas, mientras que los papeles del mercado emergente global estaban 1,7% abajo y los mercados asiáticos, que normalmente son los más resilientes, había caído 0,9%. Si a principios de semana los activos del mercado emergente reaccionaron de manera más contenida, eso "reflejó el hecho de que ya se habían debilitado significativamente, por lo que la posición ya era, se podría decir, más liviana", escribieron los analistas de Goldman Sachs.
Las monedas del mercado emergente hace un tiempo que están debilitadas y ya retrocedieron más de 5% en lo que va del año. Si bien la deuda con grado de inversión del mercado emergente se mantuvo mejor, eso se debe precisamente al menor crecimiento y a las mayores presiones desinflacionarias y deflacionarias.
Hay también razones estructurales y cíclicas para seguir siendo pesimistas sobre las perspectivas para los mercados emergentes, particularmente en Asia. Sin embargo, al mismo tiempo los inversores deberían adoptar una visión con más matices. Si bien los mercados emergentes no están por desacoplarse del resto del mundo, la divergencia en el desempeño dentro de esta categoría excesivamente amplia podría ser más drástica en el futuro.
Asia tiene que reinventarse. Su modelo de crecimiento basado en las exportaciones tal vez en el futuro no funcione tan bien como en la década pasada.
Las exportaciones asiáticas tocaron su máximo en 2011 y desde entonces se debilitó el poder que tienen los fabricantes para fijar precios. Y lo que es más importante, China está girando hacia un modelo más basado en la demanda interna. En los últimos años, las exportaciones chinas tuvieron efecto derrame en el resto de la región por las conexiones de las cadenas de abastecimiento; pero ahora eso está empezando a mermar. Y la participación de China en el comercio se estabilizó.
Al mismo tiempo, los mercados desarrollados están creciendo más lentamente. Y lo que es preocupante, EE.UU. "ya no será el consumidor de primera instancia para los mercados emergentes, dada su mayor competitividad y menor dependencia energética", explica Shweta Singh, economista de Lombard Street Research.
Además, el costo del crédito en el mundo está subiendo, lo que hace más caro el crecimiento impulsado en base a deuda al estilo asiático. Las condiciones financieras en general se están endureciendo para las compañías del mercado emergente porque se ampliaron los spreads y caen las monedas locales.
Sin embargo, todavía el impacto de las grandes tendencias macro difiere según el país. Por ejemplo, una de las operaciones cambiarias favoritas de Morgan Stanley estos días es la posición larga en rupias indias contra la rupia de Indonesia.
La operación de Morgan Stanley refleja en parte el impacto positivo que tuvo la caída de los precios del petróleo sobre la inflación y cuenta corriente de India, y sobre la diferente dependencia que tienen ambos países de la financiación en dólares estadounidense. Pero también demuestra cómo cambió la suerte de los importadores y exportadores de commodities. Ese giro tiene lugar en un escenario en el que se desacelera China, por lo que habrá menos demanda de carbón, hierro y petróleo.
En gran parte gracias al descenso de los precios del petróleo, el déficit comercial de India se encuentra en su nivel más bajo en seis años. Por el contrario, el rojo de Indonesia se duplicó a 4,3% del PBI en el segundo trimestre. Un entorno más benigno podría conducir a un círculo virtuoso sostenido en India, donde la menor inflación ayuda a estabilizar la moneda y permite a banco central bajar las tasas de interés.
Probablemente también se observen cambios en la suerte de Latinoamérica. México parece tener hoy mejores perspectivas de largo plazo que Brasil o Chile, dado que el 80% de sus exportaciones van a Estados Unidos, aseguró Singh. La solidez del dólar estadounidense también ayuda a México.
No obstante, es poco probable que en el corto plazo regrese ese el mundo benigno en el que prácticamente todos los mercados emergentes aprovechan la demanda proveniente de sus vecinos más ricos.

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