Los brokers y el estrés: cómo sobrevivir a una rueda bursátil

Largas horas de trabajo, fuertes montos de dinero y un contexto volátil son algunos de los factores con los que lidian los operadores de Bolsa. A corto y largo plazo, la tensión repercute en la vida diaria y el desafío es encontrar el equilibrio entre la profesión y la salud.

Todo o nada, éxito o fracaso, apuestas como si fueran a vida o muerte, estos son los márgenes entre los que se mueven a diario los operadores de bolsa en una rueda de trabajo típica. Los brokers encabezan la lista de los trabajos más estresantes y las consecuencias físicas y psíquicas no perdonan.

“Arranco a las 7, desayuno leo algunos diarios y miro algunos portales de Internet por si salió algo de último momento. Legó a la oficina antes de las 10 y a las 11 ya está todo listo para arrancar la rueda. Desde ese momento hasta el cierre, los movimientos están acotados y son repetitivos días tras día. Atender el teléfono, fijar la atención a la computadora y estar alerta a toda información que pueda impactar directamente en las acciones son habitúes en mi trabajo”, comenta un joven analista bursátil de un importante banco extranjero en diálogo con Cronista.com.

El estrés laboral es una de las causas más habituales de consulta clínica. Es un conjunto de fenómenos que se suceden en el organismo del trabajador por la persistencia de agentes estresantes, derivados directamente del trabajo o que con motivo de éste, pueden afectar la salud impactando negativamente en el desempeño general.

Las causas pueden ser múltiples pero se destacan las vinculadas a sobreexigencias, expectativas de resultados mal definidos o imposibles de lograr, horas de trabajo continuadas sin pausas programadas, condiciones ambientales desagradables como el ruido excesivo y el encierro.

“El caso del operador de bolsa es muy ilustrativo en este sentido, ya que reúne varias de estas características, lo cual lo hace un trabajo insalubre”, explica Maria Fernández Ortega del Centro de Estudios del Estrés y la Ansiedad (HEMERA).

“Tienen que tomar decisiones en tiempo récord sobre el destino del dinero de otras personas. Sus movimientos tienen que ser rápidos, asertivos y seguros. Ellos constantemente tienen consciencia del riesgo que sus decisiones implican”, sostuvo en diálogo con Cronista.com. En este sentido, agregó que “es importante destacar la incidencia del ánimo debido a que cuando una medida no es asertiva deja una sensación de vacío, de fracaso y de ahí la aparición de los síntomas depresivos”.

Crónico

El estrés tiene consecuencias a corto plazo pero también a mediano y largo. Muchos trabajadores, cuando se acerca fin de año, aumentan la intensidad de su trabajo o reciben mayores presiones para finalizar proyectos. Esto es típico de una época determinada del calendario pero es alarmante cuando estas condiciones se extienden indefinidamente y se transforman en algo cotidiano.

“Cuándo esta conducta es sostenida en el tiempo, el organismo se desregula emocionalmente y su respuesta deja de ser adaptativa, para convertirse en una respuesta patológica, quiere decir que el estrés viene siendo demasiado alto durante demasiado tiempo (más de lo que el organismo lo puede tolerar). Esta desregulación se expresaría en falta de sueño, síntomas de agotamiento emocional y síntomas depresivos”, describe Fernández Ortega.

La Asociación Americana de Psicología concluye, después de estudios realizados al respecto, que mientras más ansiosos y deprimidos están los brokers, más dinero ganan. Las horas de sueño en muchos casos son escasas (menos de siete horas diarias) y se observan problemas para conciliarlo.

En este sentido, desde HEMERA destacan que el ambiente laboral es muy importante para sobrellevar los aspectos negativos que se presentan en el trabajo. “Si bien el trabajo en sí es uno muy individualista dónde hay pocas oportunidades de trabajar en equipo, es clave poder contar con el entorno. El ruido, los gritos y la ansiedad alrededor del individuo son elementos activadores que conspiran en contra cuándo son sostenidos a lo largo de mucho tiempo”.

En este sentido otro operador de mayor trayectoria en el mercado cuenta con cierta resignación: “Hay ruedas y ruedas. No todas son tan estresantes, pero algunas son muy difíciles de sobrellevar. De todos modos con los años uno se acostumbra”. Así continua y describe que “hoy la mayoría de las sociedades de bolsa no operan desde el recinto como hace unos años atrás, sino que las operaciones se realizan desde oficinas. Esto cambió la manera de operar pero sin embargo no deja de ser estresante”.

Al ámbito de trabajo habitual, ya de por si estresante, hay que agregarle el contexto y los vaivenes de la economía local e internacional y las noticias que salen a diario. En los primeros días del año, el Gobierno decidió devaluar y ello trajo sorpresa y tensión en el mercado. Más tarde y a medida que avanzaba el año, distintos sectores de la economía comenzaron a mostrar números preocupantes y esto generó expectativas de una nueva devaluación para el segundo semestre del año. Nada de ello sucedió y después de sucesivas disparadas del dólar informal, en octubre cambió la cúpula del Banco Central y con ello la estrategia en política cambiaria. Los controles y operativos en la City lograron contener el precio del billete informal pero la incertidumbre y el temor invadió al mercado. Las operaciones en muchas sociedades de bolsa cayeron con fuerza en el último tiempo y esto generó preocupación entre los operadores que reforzaron sus estrategias para captar nuevos clientes.

“En estos trabajos la idea es focalizar en aquellos temas en los que sí se puede instrumentar un cambio y no quedarse detenido en aquellas cosas que no se pueden controlar. Especialmente, prepararse lo mejor posible para sucesos en los que el individuo sabe que pueden ocasionarle tensión y estrés, fijarse metas realistas en el trabajo y tomar los cambios como desafíos positivos”, sostiene Fernández Ortega.

Recomendaciones

Desde el Centro de Estudios del Estrés y la Ansiedad recomiendan que para amortiguar los efectos del estrés, la empresa y los trabajadores deberían tomar ciertas medidas de profilaxis que ayudarían a soportar el ritmo tan vertiginoso y exigente.

Además, desde la empresa se debe tener la mirada más atenta sobre el estado de salud física y emocional de sus trabajadores. “Si se está tenso y desregulado, es imposible estar relajado, lúcido y focalizado. Una vez detectado esto, es posible diseñar un plan de acción coherente. Se trabaja con técnicas breves y autoadministrables de atención plena (mindfulness) que ayudan a la focalización de la atención evitando dispersión atencional y sus consecuencias integrando técnicas respiratorias”, finalizó Fernández Ortega.

Quien eligió la profesión ya sabía cómo era un día típico y con qué realidad se encontraría. Más allá de que el estrés entre los operadores este naturalizado, lo importante es tomar conciencia de ello y tomar medidas que morigeren sus efectos.

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