“Nos asusta que a la Argentina el espejo le devuelva la imagen de Venezuela

Jean-Pierre Cecillon nació en Brasil hace 50 años y hoy está al frente de la filial regional de Kingston. Resalta los problemas que la empresa tiene para crecer en el mercado venezolano y apunta al parecido que hay en la Argentina en materia de políticas económicas

Nacida en California, Kingston es una de las empresas dedicada a la fabricación de dispositivos para el almacenaje de archivos más importantes del mundo, y tiene presencia física en la Argentina desde 2000.


Jean-Pierre Cecillon comanda la operación local además de la del resto de sudamérica hispana, que exceptúa a Brasil y Paraguay y marca las diferencias que encuentra con el correr de los años en el mercado argentino, a quien compara con el venezolano.


En Venezuela no estamos haciendo foco porque es un mercado muy difícil a nivel operación. Lo seguimos con especial interés sobre todo por su similitud con la Argentina. Desde fin del año pasado el mercado llego a caer casi a cero por las dificultades para importar. Del otro lado, el mercado más consistente en términos de crecimiento es Perú. Ya lleva seis años de crecimiento y está segundo detrás de la Argentina, aunque si acá las cosas no se arreglan puede llegar a ser primero, afirmó el empresario.


¿Y a la Argentina la ubica más cerca de Venezuela o de Perú?
En Brasil había una propaganda muy conocida donde un hombre se miraba al espejo, pero le aparecía una imagen diferente. Entonces le preguntaba ¿y vos quién sos?, soy vos en el futuro, le respondían. A nosotros lo que nos asusta mucho es que a la Argentina el espejo le devuelva la imagen de Venezuela. Aunque son desarrollos totalmente distintos, vemos muchas similitudes entre ambos. Y esto se da tanto en el tema del manejo de la economía en general como del control cambiario. No a nivel negocios, que sin dudas acá está mucho más industrializado. No es exactamente igual, aunque a nivel político hay pautas a seguir de cerca. De hecho, algunas cosas que se dieron acá no nos tomaron de sorpresa porque ya las habíamos visto en Venezuela.


¿Cómo analiza la retracción del consumo?
Este año se siente más fuerte, lo que también genera que quienes importan nuestros productos sean hoy mucho más cuidadosos. Muchas veces las decisiones de los retailers se basa ahora sólo en qué producto se venderá más rápido o cual le dejará mayor margen. Es un tema que nos preocupa. En relación a 2013 es la primera vez que lo sentimos. El año pasado no vimos una baja. Como ocurre en casi todas partes del mundo, Kingston vende sus productos a través de importadores que tienen licencia para hacerlo, como retailers.


¿Se dieron al mismo tiempo cambios en el consumo?
El efecto devaluación nos pegó muy fuerte, a lo que vino luego una decisión de compra mucho más selecta tanto por parte de quienes importan nuestros productos como del consumidor final. Hoy, además, en algunos casos se otorgan menos permisos para traer productos del exterior.


¿Esto afecta los planes de crecimiento de la empresa?
El pasado fue un año bueno y este es malo. El problema principal para nosotros es la planificación, y hoy hablar de cifras de crecimiento es una incógnita. Ahora la situación mejoró, pero hubo meses en los que tuvimos problemas con la cadena de pagos. Hasta mayo tuvimos una caída en las ventas del 40% y ahí volvimos a registrar signos positivos. Nos ayudaron mucho los planes oficiales Conectar Igualdad. De hecho, parte de lo que perdimos en el mercado en general la recuperamos por la venta de esos componentes. El tema es si sigue o no este plan.


¿Y si no sigue? ¿Cómo quedarían parados?
Hay demasiadas líneas para lo que es el mercado. Sin esto estaríamos complicados. La informática no escapa del clima general de la industria en cuanto a la baja de la producción.


¿El dólar es una variante que les preocupa?
Hoy no, pero porque actualmente las flotaciones respecto de su cotización son muy pequeñas.


¿Considera que la Argentina tiene un atrazo en cuanto a la actualización tecnológica?
No, en estamos bien. Aunque Chile siempre está adelante, cuando uno mira la evolución local se da cuenta de que tiene que ver más con el costo de los productos. Acá, por ejemplo, el pendrive más vendido es el de 8Gb, y en Europa los de 16Gb y 32Gb; es una cuestión básicamente de poder adquisitivo. Acá hay una penetración más lenta de la tecnología, pero básicamente por una cuestión de capacidad de acceso. Así y todo, no se da un retraso.

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